13 jul 2011

FITO, EL FACHO.

Solamente al fascista de Fito Paez se le ocurre expresar su bronca de una manera tan categórica como lo hizo en la contratapa de uno de los diarios más importates del país. Sólo a un tipo como el rosarino se le puede ocurrir que eso tiene sentido. Sólo Paez tuvo pelotas conjugadas con genialidad.

Fito es un facho. Un facho en Argentina.


Un facho que hoy tiene que aguantar a "niños bien" ofendidos y a intelectuales de pocillo y pasillo explicándole por cadena nacional qué es lo que se debe y lo que no. A la "gente" no le gusta que le digan lo que tiene que hacer, a los políticos les retuerce el alma una pluma cargada como la del rosarino. Porque hablar desde las entrañas asqueadas es peligroso para ellos, para todos, porque desenmascara errores, debilidades, miserias. Y te convierte en un facho, claro.


A algún amarillo se le pasó por alto que fue sólo Fito el que se quejó de un resultado electoral , reconociendo el sagrado derecho de las urnas ("Siento que el cuerpo celeste de la ciudad se retuerce en arcadas al ver a toda esta jauría de ineptos e incapaces llevar por sus calles una corona de oro, que hoy les corresponde por el voto popular pero que no está hecha a su medida.) Algunos se quejan y argumentan razones sobre la calificación de los votos, sobre la clase social degradada, sobre el clientelismo, sobre la corrupción, sobre las adicciones, sobre la cooptación y eso no es escandaloso ni pone en duda algún tipo de legitimidad que directamente se desconoce sobre “el otro”.


A algún estratega se le escapará que no tiene que buscar en Fito una forma de encarar una campaña electoral, porque Paez no es político, no es militante, ni siquiera creo que suscriba abiertamente a una corriente de pensamiento en la actualidad. Entoces no le pidan a Paez que construya lo que no han podido construir otros desde las acciones cotidianas que encaran con fines específicos.


Fito Paez es un artista, un artista incorrecto que hizo gala de su incorrección con resultados que anduvieron por las pinceladas de hermosura y por las montañas de mierda. Está en su derecho de decir lo que quiera de la forma en que lo deseé porque dejaría de ser quien es si en algún momento elige callarse por algún mandamiento que lo aleje de su propio ser.


Al facho de Fito Paez le da asco la mitad de Buenos Aires. Capaz que su asco es mezquino. Si uno analiza los argumentos esgrimidos, a Fito debería asquearlo media argentina.


Simplemente, por facha.