12 mar 2012

LA BERSUIT POST CORDERA


Volver a los escenarios sin Cordera fue un desafío más que interesante para los Bersuit Vergarabat. Los caminos que se bifurcaron luego de la separación de la banda había arrojado trabajos de jugosa factura individual y reagrupacional. Juan Subirá y Cordera editaron sendos discos solistas en los que los que se podía reescribir la raigambre fundacional de la banda, mientras que el resto de los integrantes refuncionalizaron sus actividades en trabajos grupales. Tito Verenzuela armó La Demanda, Carlos Martín se hizo cargo de Carlios en banda (además de participar del disco colectivo de La Peña Pop) mientras que el resto de la banda formó De Bueyes, uno de los proyectos de mayor proyección de aquellas esquirlas diseminadas del universo bersuitero.


"Música viva, música amiga..." (Santa Cecilia)
Pero como el pájaro mitológico que renace de entre las llamas, Bersuit reencontró su rumbo. Pero es escalón sobre el cual avanzar necesitó un salto tan atractivo como arriesgado. Gustavo Cordera rechazó la propuesta del regreso y dejó a una de las bandas más importantes de los últimos diez años sin su líder. Despejando criterios creativos y musicales de lado, la banda se quedaba sin frontman, sin la referencia popular, sin el desboque dislocado, sin la enseña del descontrol que alguna vez supo engendrar, criar y ver crecer alrededor de la banda. Había que volver sin Cordera. Pero con el paso del tiempo, las especulaciones y los pronósticos, el desafío pareció seducir mucho más de lo que podía asustar. Las presentaciones en vivo supieron salvar sin demasiado sobresaltos aquel desafío. Si bien Cordera ocupaba el centro de atención en cada una de las actuaciones públicas de la banda, lo que quedaba no era sólo una base musical sólida y cada vez más afinada, sino que los años habían construido dos grandes interpretes vocales como Daniel Suarez y el Cóndor Sbarbatti (que ya habían probado sus cualidades al frente de De Bueyes). Tan lejanos quedaron los tiempos en los que los egos atentaban el sentido colectivo, tan poco se extrañó desde el público lo que muchos auguraban imprescindible, que Bersuit Vergarabat se despachó con un nuevo disco. Nacimiento, regreso y refundación. Todo eso, es "La Revuelta"

"Adiós querido amigo, se va alejando el temor y cabalga hacia nosotros la escencia de una pasión" (Afónico)
De la misma forma en que los discos que siguieron a la separación sirvió para desnudar los pequeños monstruos que convivieron con la banda desde sus inicios a finales de los ochenta, no era extraño imaginar que esta nueva etapa de la Bersuit Vergarabat pudiese estar marcada por lo hecho por cada una de sus partes individuales un par de años atrás.
Es entonces "La Revuelta" el lugar en donde vuelven a encontrarse, la oscuridad mística de Juan Subirá, la cadencia de baladas roqueras que señaron el primer disco de De Bueyes y la impronta latina de Verenzuela. A grandes rasgos, asi se puede trazar el mapa que servirá para el recorrido del nuevo disco de Bersuit Vergarabat. Doce canciones que vuelven a la mixtura que abrió a la banda un espacio en los grandes escenarios del país y que parecía haberse perdido luego de una explosión de popularidad que ancló el proyecto sobre el fango de la producción en serie y la rebeldía impostada. Por lo demás, la garganta desgarrada de Cordera no se extraña y mucho menos la posturas que detrás de él se componían cual alma mater de un poryecto que vuelve a asentarse sobre convicciones conjuntas...

"Tiene que ver con revivir, tiene que ver con concebir, tiene que ver con disfrutar, cambiando siempre para seguir siendo igual..." (La Revuelta)


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