17 jun 2010

DE LA MISMA MADERA...



Hay músicas que llevan consigo aromas de época. Que le permiten a la historia asomarse detrás de cada fraseo y de cada postura artística. La sangre olimareña que Camilo López se propone revitalizar a través de su obra, logra traer a nuestros días aquellos conceptos que marcaron una etapa de la musicología latinoamericana y que, hoy, se revitalizan y se permiten ser reinterpretados de la mano de nuevas tendencias generacionales, donde la historia se conjuga con el futuro. Olimareño desde la cuna, el hijo de Braulio López se hace cargo de su procedencia y, en dialogo permanente con sus bases vitales y armónicas, se la juega con una propuesta novedosa que pone a dialogar una historia de luchas, exilios y, sobre todo, mucha música.

TODA LA VIDA TIENE MÚSICA

La relación de Camilo con la música es natural, pero en algún momento se convirtió en el rumbo definitivo de su vida. “Uno se crió en un ambiente de músicos. Por lo que la relación con la música nace conmigo. Acompañando siempre a mi padre por todos lados en un ambiente de músicos principalmente y eso va derivando en la posibilidad de seguir con la música. Seguir por mi lado o acompañándolo a él, pero intentando mostrar siempre cosas nuevas. Respetar la sangre olimareña pero con nuevas perspectivas, con perspectivas a los nuevos tiempos.”

E.S: ¿Cómo se va conjugando ese respeto por la sangre con “todo lo demás”?

C: Eso lo vengo logrando bien. El músico debe expresar lo que siente y busca lograr una expresividad propia. No seguir haciendo todo lo que hace papá, sino tomar todo lo que aprendí de él y buscar el camino propio. No dedicarme a ser “el hijo de”. Eso me lleva a lograr una fusión de varios ritmos musicales: el candombe, el rock, el son, algo de folclore, siempre pensando abrir nuevos caminos. La misma cabeza, en diferentes músicas.

E.S: ¿De dónde va

n saliendo todas esas músicas?

C: Las voy sacando de toda esa vida acompañando a mi viejo y todo ese camino musical. Rescato muchas cosas de los viajes, del exilio. Nosotros anduvimos por Francia, por México, por Italia, por España. Yo voy rescatando mucho esas cosas en mi música. Quizás eso es lo que me da la oportunidad de haber crecido como músico y como artista y que me permite ahora encarar algo nuevo desde mi propuesta.

E.S: ¿Qué respuestas encontrás de esa parte del público que puede sentirse atraído por la “propuesta olimareña”?

C: Hay público muy fanático y de repente va a ver cosas de Los Olimareños. Nosotros lo hacemos pero a nuestra manera y yo creo que eso no choca, que se entiende. Hay como una especie de reconocimiento. Podría hacerlo igual, pero no lo hago igual porque para eso están ellos, esta mi viejo. Creo que las cosas nuevas, lo que yo hago gusta mucho porque la temática, la letra, el contenido es exacta

mente la misma, agregada a estos tiempos. El público se fusiona y eso está muy bueno.


LOS OLIMAREÑOS Y LA POLÍTICA URUGUAYA

Camilo suele acompañar, cada vez que puede, al dúo que inmortalizaron su padre y Pepe Guerra desde comienzos de los 60´s. Desde su regreso a los escenarios, Los Olimareños han afianzado sus giras por el Uruguay y por diferentes países de Latinoamérica, interpelando (al igual que se propone C

amilo) a los nuevos públicos…

C: La vuelta de Los Olimareños era una deuda que, hasta familiarmente, nosotros teníamos. Era muy importante, tanto para mi viejo como para el Pepe, era algo que se debían entre ellos y que le debían al público. Una deuda pendiente. Eso queda demostrado desde lo que pasa ahora. Se armó el regreso, se hizo la despedida, pero nunca pueden terminar de despedirse. Esto que pasa lo veo también acompañado de lo que es resurgimiento de la política uruguaya y todo lo que esta pasando con Mujica.

E.S: Es como que las coyunturas políticas fueron “preparando el terreno”…

C: Sí, la vuelta se empasta ese reencuentro con la nueva propuesta que hoy tiene Uruguay. Se luchó durante años para que esto suceda, para que hoy Mujica sea el presidente. Mi viejo peleo toda la vida por eso junto con muchos otros artistas. Las dos cosas van acompañadas en el Uruguay. Y también veo que Latinoamérica hay un resurgimiento que se dio después de muchos siglos de vida, por una vez podemos ver una unión en la región. Vemos que nos podemos juntar si empezamos a respetarnos un poco más, dialogar, sentarnos y más allá de las diferencias políticas reconocer que le los gobernantes se deben al pueblo, a la gente. Y así se trabaja por la gente, lejos de individualizarse y pelearse entre ellos, porque la gente los votó para eso, no para que se pelean entre ellos como a veces se ve. Eso es lo que tiene Mujica. Sabiendo de donde viene, más allá de que tenga sus diferencias con un montón de sectores, él tiene claro que tiene que trabajar para el país, para toda la gente, no para un determinado sector. En base a eso tomará las decisiones que haya que tomar pero no devaluar la política en peleas, a partir de eso un país puede salir adelante. Eso es lo que yo veo en el caso de mi país.

E.S: ¿Y desde la opocisión se comparte la propuesta?

C: Yo no sé si esta idea es compartida desde el otro lado. Yo sé que Mujica está dando el ejemplo. El la primera reunión que tuvo fue con los militares, y ahí se decía que se iba a pelear, que los iba a meter a todos presos y no fue asi. ¿Qué hizo? Empezar a trabajar en conjunto. El tipo da un ejemplo en cada una de las cosas que hace. El sienta las bases y vos tenés y vos te das cuenta de que si no agarras te quedas afuera de algo grande, importante. “El Pepe” es claro, habla justo, sabe dialogar y todos logran entenderlo. El te canta la justa, a veces es duro, pero sin agraviarte te dice las cosas como son. Yo creo que van a ser los mejores años en mucho tiempo, el país va a cambiar mucho. Tanto es así que mucha gente del Partido Colorado o el Blanco, que nada tienen que ver con el Frente Amplio, lo terminan apoyando a él. El intenta unir el país y eso se nota, en sus discursos invitaba a los jóvenes de la ciudad a conocer los pueblos del interior, conocer otras realidades del Uruguay, eso es muy valorable.



* Publicado en REVISTA EL SUR

11 jun 2010

A proposito del Mundial...(1)

Mucho se ha hablado durante estos días de "las barras" y la violencia en el fútbol. El viaje (y posterior deportación) de los líderes que se tomaron el avión hasta Sudáfrica puso sobre la mesa, una vez más, el tema de la violencia organizada en el deporte más popular de la Argentina.
Luis Alberto Spinetta
trabajó la temática en "La bengala perdida" que formó parte del disco "Tester de Violencia", aparecido en 1988.

El que, a mi juicio, es uno de los puntos más altos de la riquísma obra spinettiana aparece como un paradigma de lo que representó el álbum que el flaco había comenzado a grabar en 1987 (la etapa post-Fito).



Por un lado, la inspiración sobre un hecho de extrema violencia (la muerte de un hincha de Racing, Roberto Basile, cuyo cuello fue atravesado por un proyectil lanzado desde la tribuna local por un hincha de Boca) que se mimetiza con el nombre del disco pero se desvanece en la temática general de un trabajo que no expresa cabalmente la noción violenta. A la par de una estética dark en ascenso, el disco de Spinetta aparecía como algo ligero desde lo melódico pero denso desde los climas que se generaban, principalmente sobre el trabajo lírico.
Por otro lado, conviven en ese tema dos posturas en constante paradoja durante el desarrollo del disco. Novedoso en la carrera de Luis, la temática del cuerpo se impone a lo intangible, al alma, al universo. A la vez, esa forma de contar historias con firmes bases sobre la materialidad debe conjugarse con la explícita influencia que sobre el trabajo spinettiano comenzaban a tener filosofos de la talla de Michel Foucault (también vuelve a aparecer el omnipresente Carlos Castaneda) lo que exige un esfuerzo intelectual a la hora de la comprensión del álbum como totalidad. "Esas lecturas me motivaron a escribir pequeños ensayos, de los cuales luego tomé imágenes y resumí algunos conceptos" le contaba el flaco a Eduardo Bertí para su libro "Crónicas e iluminaciones" al hablar del modo en que el trabajo filosófico se asentaba sobre lo mundano en el disco.
Este disco también habrá pasado a la historia como el debut de los artistas que luego saltarán a la masividad como Illia Kuriaky and The Valderramas, Valentino Spinetta y Lucas Martí. A decir verdad, los hijos de Spinetta y de su gran amigo el fotógrafo Dylan Martí se juntaron para darle vida a una agrupación circunstancial ("Pechugo") que escribió y grabó el tema más violento de "Tester...", "El mono tremendo".


"Mis hijos están muy trastocados. El tema trata la violencia en el sentido estricto del horror o de la muerte. Yo al principio les discutí la letra, me hacía el gil, que pusieran otra cosa. Y los monitos me miraron con una cara que me hizo comprender que debía respetar su obra", comentaba el Flaco al suplemento Sí del Diario Clarín con respecto a aquel trabajo.