25 mar 2009

PUERTAS QUE SE ABREN

Vamos a hablar de cultura, de legislaciones y de las posibilidades que se abren y las libertades que se cerecenan a partir de sus dictámenes de papel memebretado. La cultura rock en nuestro país sabe mucho de esa lucha. Desde sus comienzos, forjó una lucha sin trichera contra los monopolios discográficos que entendían que cantar en castellano era una "grasada" y combatió para no ser meros muñecos reproductores de lo que pasaba en la parte norte de nuestro continente o tras el oceáno atlántico. Esa batalla identitaria se fue ganando y fueron esos mismos mecanismos monopolicos los que continuaron limitando el desarrollo en nombre de la cultura y los valores de occidente.
Con el tiempo, los extremos se dislocaban y la ridiculez etílica fue condescendiente a un resurgir que de todas formas se hubiese gestado por las características mismas de un proceso que ya no había forma de frenar. Durante la guerra de malvinas, entre la prohibición de la difusión de música en ingles y el zarpullido nacional-xenofóbico de oyentes indignados, las radios salieron abuscar desesperadamente lo que no tenían: canciones en castellano. Una ridiculez que marca a las claras la concepción de cultura que los aparatos de difusión siempre han defendido.
Hoy, tras años de luchas y reclamos desoídos, el gobierno nacional propone discutir un proyecto para reemplazar la arcaica, antdemocrática y antinacional Ley de Radiodifusión decretada por la dictadura de Videla y amplificada en sus sentidos más reprobables por el menemismo. Decimos que se abren nuevas puertas y proponemos un listado de factores que justifican esta idea.
* Las emisoras privadas deberán emitir al menos el 70% de su programación producida intégramente en nuestro pais y un 30% de música de producción nacional. Las emisoras de caracter estatal deberán incluir el 70% de programacion de producción local y el 50% del contenido musical de producción nacional. Además deberán destinar un mínimo de 10% a espacio de producción local independiente. Estos parámetros son similares a los que perseguiran los medios comunitarios.
¿Qué significa esto en un mercado centralizado por empresas de capitales internacionales? La letra muerta no indica demasiado, pero en sentido significativo nos encontramos nuevamente ante una posibilidad que se abre para los artistas locales. La obligación de abrir espacios a la producción de artistas locales, da un respiro al hostigamiento que imposibilitan a cientos de artistas regionales el acceso a difundir su obras. Hoy, la industria cultural que genera productos fugaces de calidad artística cuestionable vive decidiendo sobre qué es lo que se escuha, lo que se ve, lo que se difunde. Hoy, las barreras son interminables y, en muchos casos, insalvables. Los obstaculos se van venciendo a partir de de luchas históricas y las posibilidades que se abren pueden ser únicas. Es cuestión de analizar, discutir y participar en una ley que sólo se concretará en la práctica cuando las fichas esten repartidas de manera más igualitaria.

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