7 mar 2010

EL ROCK Y LA JOTAPÉ

Hay visiones que se convierten en hegemónicas con el paso de los años que en muchos casos son fruto de meras construcciones mitológicas en torno a los acontecimientos. Según lo define la Real Academia Española el mito se compone en gran parte por "una narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico". Las narraciones fuera de tiempo han sido una constante en el análisis de las relaciones que la cultura rock ha mantenido con los movimientos políticos revolucionarios del país durante la última parte de los sesenta y la primera etapa de los setenta. Aquellas épocas de ebullición son leídas por muchos con matrices diferentes que suelen ubicar, por momentos, a la cultura rock y las formaciones políticas juveniles en polos casi antagónicos; en muchos casos expresando la presencia de un aborrecimiento mutuo. El revisionismo histórico ha instaurado nuevas corrientes de lectura de aquellos años y nos ha permitido observar lo que muchos se encargaron de negar despiadadamente. Sin negar las diferencias, la apuesta revolucionaria unía en el fondo de la cuestión a las dos partes más activas de la juventud de aquellos años. La revolución cultural y la revolución política podía encontrar disyuntivas en el campo de la acción, aunque filosoficamente los puntos de encuentro serían más claros.

Las conexiones entre la militancia política y la cultura rock de los primeros años puede rastrearse en muchos puntos que suelen hacer coincidir acontecimientos, fechas, personajes. El anecdotario puede resultar muy interesante. Desde la militancia compartida por Spinetta y Del Guercio con Chacho Alvarez, Carlos Grosso y Rodolfo Galimberti (entre otros) en el seno de JAEN (Juventudes Argentinas por la Emancipación Nacional, corriente que finalmente terminaría formando parte de Montoneros) hasta el inequívoco dato que señala que el hoy mítico Mandioca fue fundada por Jorge Alvarez cuya editorial fue la encargada de sacar a la luz más de 200 títulos del progresismo de la época (la empresa que llevaba su nombre funcionó entre 1963 y 1969) con auotres como Walsh, Piglia, Quino, Norberto Galasso y Abelardo Castillo entre otros. En fin, un sinnúmero de situaciones que no enumeraré aquí porque seguramente serán temas para otras entradas.

Manal
Jorge Alvarez y Claudio Gabis

Pero, no por azar los ejemplos tienen una relación más estrecha con la rama corriente peronista. Corría el año 1973 y la fórmula del FREJULI había ganado las elecciones. La Juventud Peronista comprendió entonces que, más allá de las diferencias conocidas entre el campo de la acción política revolucionaria y el conjunto de jóvenes afines a las nuevas corrientes de la música popular, había que integrar en el proceso a todos los sectores dispuestos a modificar el orden de las cosas y ahí estaba el rock. Y en el rock había un aliado: Jorge Alvarez. Como se lee habitualmente en la barra lateral de este sitio, Billy Bond decía al respecto: "Eramos todos peronistas y Jorge Alvarez especialmente. Por eso la tapa de Pidamos peras a Mandioca es una gran pera… es un Perón. La pera era Perón y nadie lo entendió. El gran Perón. Nosotros teníamos una forma de contestar a la represión diferente a la de otros músicos de rock nacional. De alguna manera, en 1970, Perón era lo contrario a lo que había y, en ese momento, te identificabas ideológicamente. Era una toma de posición, para saber de qué lado estabas: del lado de la represión o del otro. Todos nosotros, consciente o inconscientemente, estábamos del otro lado". El 31 de Marzo de 1973 la plana mayor del Rock Argentino fue convocada a formar parte de lo que se llamó Festival del Triunfo Peronista, convocada por la Brigada de la Juventud Peronista en el Estadio de Argentinos Juniors. En la programación estipulaba se encontraban Aquelarre, Pappo´s Blues, Billy Bond y La Pesada, Pescado Rabioso, Sui Generis, Dulces, La Banda del Oeste, Vivencia, el dúo Miguel y Eugenio, Gabriel, León Gieco, Raúl Porchetto (que por un "herror" de imprenta aparecía en los afiches como "Rubén Porchieto"), Escarcha, Color Humano, Litto Nebbia y Pajarito Zaguri. Pero la lluvia hizo que todo se desarrollase de manera interrumpida. A las 17:30 hs del último día de Marzo del 73, tras la lectura de las adhesiones protocolares correspondientes una multitud de jóvenes con las clásicas pancartas de la época asistió a la actuación de La Pesada (hicieron dos temas) que se continuó con la presentación trunca de La Banda del Oeste. El grupo comenzó pidiendo un minuto de silencio en memoria de Eva Perón y cuando el espectáculo musical iba a comenzar, uno de los organizadores puso un freno ante la llegada del flamante vice-presidente electo Vicente Solano Lima. Se entonó el himno, Solano Lima arengó a la juventud y cuando La Banda... se dispuso a tocar, los desperfectos técnicos volvieron a copar la parada. Ante el silencio, el baterista de la banda aprovecho para "leer un pensamiento de Juan Domingo Perón sobre la Juevntud"...pocos lograron escucharlo. Solucionado el problema con el sonido, la lluvia terminó con lo programado.

BILLY BOND

En su libro "No Toquen. Músicos Populares, Gobierno y Sociedad/ Utopias, Persecusión y Listas Negras en la Argentina 1960-1983" el periodista Darío Marchini explica el telón de fondo de aquella tarde:
"Alternadamente, Bond fue abordado por distintos allegados a la organización. "Antes de cantar tenés que hacer alguna mención a Evita", fue la primera recomendación. "Tenés que decir algo de Isabel", le sugirió otro. "Ni se te ocurra hablar de Isabelita, sólo de Perón y el Tío Cámpora", le previno un tercero. "Únicamente podés hablar de Perón" fue la última directiva, ya en tono de orden. "Pónganse de acuerdo muchachos, esto así va a terminar mal!" protestó el cantante, quien a esa altura seguramente ignoraba el carácter profético que terminaría cobrando su queja. (...) Evidentemente no fue un día peronista. Algunos especulan que esa tarde el poder político comprendió que no podían llevar a los músicos del rock para su molino, y decidió combatirlo, ya no sólo por la longitud de sus cabelleras."

Esta última interpretación que Marchini realiza sobre los significados de aquella tarde de precipitaciones desafortunadas es rebatible sólo desde el ámbito de las apreciaciones. Significativamente, luego de la renuncia de Cámpora, la persecución a los músicos de rock se tornaría asfixiante. Los atentados en recitales y las razzias en nombre de la "defensa de los valores morales de la Nación" se convertirían en moneda corriente y servirían (como muchas cosas más) como anticipo de lo que llegaría en 1976. Precisamente, con le llegada del golpe, la conexión en la resistencia volvería a unir expresamente a los grupos políticos juveniles y a las corrientes de la cultura roquera nacional. Pero es cierto que aquella tarde de Marzo iba a unificar la dos expresiones más convocantes de la juventud "no azonzada" de la época y el olor a revolución, a cambio, al paso de la resistencia a la ofensiva iba a flotar claramente en una comunión que hasta el momento no se había centrado en las coincidencias, prestándole demasiada atención a las distancias. Seguramente, el tema de las conexiones y las distancias volverán a ser tratadas en el marco de este sitio.


3 comentarios:

  1. Exquisito. Muy bueno Martín Puch. el proximo comentario lo hago más extendido. Ahora pruebo con dormir. Exquisito.
    El Waldo

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