1 ago 2009

CLUB DE ALMAS


Eran los comienzos de 1982, el año de la locura armamentística con la que la dictadura más sangrieta de la historia argentina buscaba perpetrarse en un poder cada vez más deslegitimado. El fin de la "plata dulce", las imagenes cada vez más claras del genocidio, las crisis internas, el miedo que comenzaba a mutar en hartazgo ... encima, la guerra. En ese contexto enmarca la historia de la música popular argentina el desembarco de un conjunto de Rosarinos de vasta experiencia en su ciudad de origen que venían a probar suerte a Buenos Aires. Aquella estación de Retiro que los recibió no presagió que aquellos pelilargos desconocidos venían a modificar un par de estructuras latentes en la cultura de nuestro país.
Sinatra llegaba a la Argentina de la mano de Palito Ortega y Juan Carlos Baglietto se coronaba en un festival organizado por la Revista Humor... después vino La Falda y la consagración definitiva. Los estudios esperaban su llegada mientras que las radios y los seguidores ya fieles ansiaban un material que les perimitese reproducir ese fenómeno que comenzaba a exprezarse en festivales, bares y tarareos callejeros. Y fue "Tiempos Dificiles" la cosagración definitiva, no sólo de Baglietto como solista e interprete sino de un conjunto de músicos con una alta calidad musical y compositiva que aparecían allí en diferentes formas. Músicos y poetas, estaban allí Adrián Abonizzio, Jorge Fandermole, Rubén Goldín, Silvina Garré, un joven Fito Páez, Sergio Sainz, entre otros.


"Tiempos Dificiles" fue el primer álbum de rock nacional en alcanzar la condición de disco de oro en la historia. Un hecho del anecdotario institucional que sirve para leer, con el paso de los años, el significado de aquel trabajo que, como decía, modificó algunas cuestiones fundamentales en las formas de pensar a la música rock. En primer lugar, hay que hacer referencia a la cuestión estrictamente musical. El rock se había conformado a lo largo de su historia como un movimiento de reacción frente a otras músicas con las que se compartía un menosprecio mutuo. Esa reactancia venía dada por dos factores, el primero tenía que ver con la vacuedad de las demás propuestas ("lo comercial") y el segundo podría encontrarse en la propuesta de rupturas que el movimiento rock siempre pregonó con el "mundo adulto" y con lo que era entendido como "lo tradicional". Estos creadores rosarinos lograron imponer una forma de hacer música que volvía al tango y al folclore, pero no como hecho aislado, sino como parte fundamental de la estrategia compositiva. Las diez de canciones que comforman el disco están enmarcadas en una fusión permanente entre el rock y las raíces más intensas de la historia tradicional de la música popular argentina.
Las letras también rompen con otra de las formas clásicas del rock en nuestro país, sobre todo con la etapa inmediatamente anterior a la aparición del disco cuando la represión y el miedo elevaba los estados de paranoia al punto máximo. Estoy hablando de la aparición de un leguaje mucho más cotidiano, desde el llano, con hisotrias simples y faciles enteder, aunque con una densidad que las hacía un poco más complejas a la hora de digerir. Esa forma de comunicación, rompía con lo que el "proceso" nos había acostumbrado en materia lírica. El uso excesivo de la metáfora, la preponderancia de la música sobre las letras y la incitación permanente a las dobles lecturas. Dobles lecturas que también encerraron un poco los guiños entre aquellas compocisiones y el público.
Pasaba en general con todo el disco, la fórmula basada en historias de anclaje cotidiano en un momento en que las voces eran silenciadas y la busqueda de identificaciones colectivas de algún tipo era imperante, aquella aparición en la escena pública despertaba simpatías de todos los sectores. Y pasó con algunas particulares, con las que se convirtieron en grades éxitos. Una de ellas, compuesta por Adrián Abonizzio, era "Mirta, de regreso", la historia de un preso que volvía y encontraba un mundo diferente transparentado en la imagen de su mujer (Mirta en cuestión) que se había resignado a no esperarlo. En aquellas épocas de exilios, de encierros políticos, de desapariciones, el público vió allí, una denuncia. Con "Era en Abril", sucedió algo parecido. La canción de Jorge Fandermole hablaba de dos padres (el tema era interpetado a dúo por Baglietto y Silvina Garré) que relataban la muerte de su hijo recién nacido. Un tema muy denso, escabroso en algún punto, a la que la interpretación le daba aún más tensión .El auditorio, aquí, lo relaciono con Malvinas, la muerte joven, el abril de aquel 1982.
Había otro subgrupo de canciones que resaltan. La presentación pública de Fito Páez es de una calidad destacable, "La vida es una moneda" y un tapado por la historia, "Puñal tras puñal", la historia de una separación con título sugestivo, quizás lo más denso de aquel joven Páez de comienzos de los ochenta.
"Tiempos Dificiles" representa así no sólo la presentación pública de un conjunto de artistas de reconocida trayectoria con el paso del tiempo, sino una obra fundamental para marcar una línea divisoria entre las formas de hacer música en la cultura rock de nuestro país. Aquel disco que abre una trilogía fundacional, hoy mitológica, marca a las claras un conjunto de necesidades de una sociedad que no terminaba de escaparle al horror pero encontraba algunas formas de decirle y de cantarle.

2 comentarios:

  1. ...y me parece que fue ayer cuando por primera vez asome a un escenario de la mano de mi papa para verlo a él, que ya no tenia tanto pelo, pero que seguia dopandome con su dulce voz.
    Muy linda la nota cumpa
    Grande Rosario por estos regalos!!

    Georgi

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  2. Mi primer recital en San Juan en un estadio repleto con sus comienzos que ya volaba hacia la eternidad de la musica

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